La manga gástrica endoscópica es un procedimiento seguro, eficaz, mínimamente invasivo, con recuperación inmediata y resultados perdurables en el tiempo.
Luis Calle lidió con el sobrepeso por 13 años. Había probado de todo para bajar: pastillas, parches, dietas y ejercicios, pero no lograba recuperar su talla ideal ni la buena salud que tuvo cuando era más joven. Las enfermedades empezaron a consumir su energía y su vida se volvió sedentaria. Ya no compartía ni jugaba con sus dos hijas debido a que se cansaba rápidamente. Todo era monotonía.
El tiempo de descanso de Luis también había cambiado. Sus propios ronquidos no lo dejaban dormir, mucho menos a su esposa. Esa fue la peor parte ya que muchas veces estaba malhumorado con familiares, amigos y compañeros de trabajo. La falta de descanso le había robado la alegría. “Vivía siempre desganado y cansado. No era yo”, comenta Calle, de 38 años, quien habría sido un delgado y sagaz deportista de alto rendimiento hasta los 22 años. “Jugaba básquet, era seleccionado colegial y preseleccionado de Guayas”, cuenta.
Sin encontrar solución a su caso, en el 2022, llegó al Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (IECED), con un peso de 315 libras (143 kilos). Tenía dolores intensos de espalda y rodillas; padecía prediabetes y su hígado graso estaba en etapa dos, por lo que decidió someterse a la manga gástrica endoscópica, “una alternativa más rápida, segura y efectiva que otras opciones que se ofrecen en el mercado, que implican más riesgos para el paciente”, asegura el Dr. Juan Manuel Alcívar, uno de los especialistas encargados del procedimiento en el centro.
● La epidemia del Siglo XXI
El sobrepeso y la obesidad son enfermedades muy frecuentes de las que, de acuerdo con datos de la OMS, cada año mueren en el mundo 2,8 millones de personas, especialmente por enfermedades relacionadas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, apnea del sueño, fallo hepático, afecciones musculoesqueléticas, depresión y ansiedad. El World Obesity Atlas 2022, estima que mil millones de personas en todo el mundo, incluyendo 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres, la tendrán para 2030.
Mientras que, en Ecuador el 63,6% de la población ecuatoriana (femenina y masculina) tiene sobrepeso y obesidad, según una encuesta liderada por el Ministerio de Salud Pública en apoyo con la Organización Panamericana de la Salud.
Según la Dra. Mine de Caramés, neuro-gastroenteróloga del Centro de Endoscopía Terapéutica Avanzada de México y colaboradora especial de IECED, la obesidad es la epidemia del siglo XXI. “Esto trae como consecuencia enfermedades como hipertensión, diabetes, estado inflamatorio crónico, infartos cardíacos, dolores articulares, principalmente en miembros inferiores, dificultad para lograr realizar actividades físicas, afectación de las relaciones laborales, sociales y emocionales”.
Para evitar más problemas de salud, Luis eligió operarse. En su búsqueda encontró varias opciones dentro de la oferta de cirugía bariátrica (conjunto de procedimientos quirúrgicos usados para tratar la obesidad), como: la banda gástrica, el balón gástrico, así como la manga gástrica tradicional quirúrgica que mayoritariamente se realiza vía laparoscópica y que “a nivel mundial tiene una tasa de mortalidad de 0.9%” según la Dra. Mine Caramés, con complicaciones y riesgos asociados tras la intervención. La alternativa endoscópica de la manga gástrica o Endomanga, casi no tiene estas complicaciones, incluso, disminuimos la resequedad de la piel, caída de cabello, anemia, muchas veces relacionados a la manga quirúrgica tradicional.
● Endoscópica vs. Laparoscópica
De acuerdo con el Dr. Carlos Robles-Medranda, gastroenterólogo y director general del IECED, la manga gástrica endoscópica es conocida como la técnica del acordeón o manga gástrica sin cirugía, es decir, sin cortes ni cicatrices. “Es un procedimiento de acceso por la boca, sin necesidad de realizar incisiones en el cuerpo y que disminuirá la capacidad interna del estómago sin la necesidad de retirar o cortar ninguna parte de este órgano… solo se modifica la capacidad del estómago, respetando el fondo del mismo, permitiendo así la estimulación gástrica natural, para provocar la pérdida de peso de manera saludable”, recalcó el galeno.
Mientras que, en la manga gástrica laparoscópica se necesita realizar perforaciones en el abdomen, a través de una cirugía, para llegar a la parte externa del estómago y cortar el fondo junto con la mayoría del cuerpo gástrico, en un total aproximado del 80% del órgano. “El paciente perderá la capacidad de detenerse de comer de forma natural cuando el pequeño estómago se encuentre lleno, lo que al principio hará que la persona no pare de comer hasta que tenga la necesidad de vomitar y, conforme pase el tiempo, el estómago empieza a tener un crecimiento lento y gradual, lo que se refleja en una nueva subida de peso”, advierte el Dr. Robles.
Conociendo todos los beneficios de este procedimiento, Luis decidió optar por una manga gástrica endoscópica. Pasó por la valoración médica previa donde se realizó exámenes de laboratorio, ultrasonido abdominal y endoscopia de reconocimiento, para descartar si existe alguna contraindicación.
Posterior a la intervención, notó que su pérdida de peso no afectó su sensación de saciedad, como en los otros métodos tradicionales. “Ahora como bien y saludable… Aprendí a hacerlo y me siento feliz”, comparte Luis.
Es que, más allá de los resultados que se tendrá con la manga gástrica endoscópica, así como con cualquier otro procedimiento, siempre se va a requerir del compromiso del paciente para cambiar y mejorar su estilo de vida, por uno más saludable que incluya una alimentación balanceada y ejercicios regulares para garantizar el éxito a largo plazo del método.
Luis ahora disfruta de una nueva vida. “¡He bajado 90 libras y la vida que tenía hace 5 meses era muy muy diferente a la que tengo y disfruto hoy! Ahora me siento vital, con más energía. Corro 5 kilómetros diarios, juego básquet, nado y hago pesas de 2 a 3 veces a la semana. Estoy siguiendo todas las recomendaciones del médico. Mi salud ha cambiado, he dado un giro de 180 grados. Mi familia y yo estamos felices”.
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