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Indigestión- IECED

Adrián nunca imaginó que un diagnóstico le podría cambiar la vida, pero eso es lo que ocurrió el día que le informaron que padecía la enfermedad de Crohn. Un trastorno perteneciente al grupo de enfermedad inflamatoria intestinal, una afección que altera su vida y que si no se trata a tiempo puede llevar a complicaciones como: fistulas, úlceras, desnutrición y cáncer. Al inicio, Adrián presentaba síntomas leves como dolor abdominal y diarreas intermitentes, pero no fue hasta que halló sangre en sus heces, que decidió acudir con un especialista. Al igual que él, muchas personas suelen ignorar las primeras alertas, pero es importante estar atentos pues de acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 3 millones de adultos padecen esta enfermedad, tan solo en Estados Unidos.

La enfermedad inflamatoria intestinal es una afección inflamatoria de tipo crónico y autoinmune que engloba dos trastornos: la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Afecta principalmente a personas jóvenes entre los veinte y treinta años, pero también puede ser diagnosticada en personas mayores e incluso en niños; esto se debe a que el sistema autoinmune esta más activo durante la juventud. Los pacientes suelen presentar periodos sintomáticos que se alternan con episodios de remisión, la intensidad y frecuencia de los brotes es variable e impredecible.  Los síntomas más comunes que experimenta los pacientes son: diarrea, sangre en heces, cansancio, dolor abdominal, pérdida de apetito y peso. Pero, en el caso de la enfermedad de Crohn también se pueden manifestar síntomas extraintestinales como lesiones en la piel y dolores articulares.

Los expertos aún no conocen la causa de esta enfermedad, aunque se cree que puede ser una combinación de factores genéticos, inmunitarios y ambientales que provocan inflamación en los intestinos. Los expertos coinciden en que la genética tiene un peso importante y que una mala dieta y el mal manejo del estrés puede empeorar la afección. “Normalmente ambas enfermedades se las ha considerado idiopáticas, esto quieres decir que no sabemos con exactitud el origen. Sin embargo, la ciencia y la tecnología nos ha permitido en los últimos años tener avance en el conocimiento de estas enfermedades”, comenta el Dr. Fernando Jurado gastroenterólogo de Endoscopynet Quito.

Diagnóstico

El diagnóstico es fundamental porque no solo permite saber qué tipo de afección sufre el paciente, sino que también ayuda al médico a determinar la gravedad de las lesiones. Todo inicia con la sospecha clínica, que llevará al médico a realizar una calprotectina, que es un análisis de heces en el que se mide la concentración de calprotectina en heces con la finalidad de detectar inflamaciones, si el valor supera al umbral establecido de 200 miligramos, entonces es muy probable que es paciente padezca de la enfermedad inflamatoria intestinal. Luego de esto, se suele pedir una endoscopía y colonoscopía, para que el médico pueda observar todas las lesiones de esta enfermedad.

Con la colonoscopía el especialista podrá explorar y observar el interior del recto, colon e íleon terminal y para su realización se requiere de una preparación importante. El médico solicitará al paciente que deje de tomar medicamentos anticoagulantes días antes de la prueba. Adicionalmente, la persona tendrá que tomar ciertos medicamentos que ayudarán a limpiar su colon. Sin embargo, si el paciente por distintos factores no logra limpiar su colon de manera adecuada, el Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (IECED) posee la tecnología Pure-Vu que permite realizar una limpieza del colón mientras se realiza una colonoscopía.

Tanto la endoscopía como la colonoscopía son procedimientos que pueden resultar aterradores para los pacientes, pero es importante recordar que en IECED se anestesia totalmente al paciente, y que posee a profesionales altamente capacitados que usan la última tecnología del mercado para brindar el mejor servicio.

Enfermedad inflamatoria intestinal

Tratamiento

Lamentablemente no existe una cura para esta enfermedad.  En la mayoría de los casos, los pacientes ven su vida reducida si la afección no está controlada. Sin embargo, Jurado asegura que, si se sigue una dieta y tratamiento adecuado, los pacientes pueden tener una vida normal. “Los pacientes portadores de esta enfermedad obviamente deben de tener una vida en donde hay que adaptarse a una dieta un poco más específica, no pueden consumir de todo por el grado de inflamación del intestino, deben de guardar una dieta donde debe de haber una reducción de grasas, lácteos, y deberían de mejorar la cantidad de ácidos grasos de cadena corta”, menciona el especialista.

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